mi aforismo

A medida que envejezco presto menos atención a la gente por lo que dicen.
Represento en mis pinturas su futuro por lo que hacen.

Autorretrato

óleo sobre madera – 45,5 x 53 cm
Un papel devorado por las llamas, es la representación de lo que somos en la vida.
Debemos cuidar nuestro aspecto y NO vivir para ello.
Muchísimo más importante es el cuidado de nuestro espíritu, ya que una vez que la materia desaparece no queda más que el polvo, que pertenece al cosmos. NO OLVIDEMOS QUE LA CONTINUACIÓN DE LA VIDA ES NUESTRO ESPÍRITU.
Luján Antonio Ruinandreu

Amenaza 1

óleo sobre tela – 56 x 90 cm

Paisaje extraño

óleo sobre tela – 83 x 108 cm

Mi barrio, mis compañeros de colegio, mi maestra

óleo sobre tela – 66 x 96 cm
En mi primer año de colegio, tuve una maestra de la que aún conservo el recuerdo... su figura, su dulzura. Por ella sentía un cariño muy especial.
Mi padre tenía un mercadito. Y cuando yo lo saludaba para irme al colegio, pasaba por su negocio y, casi siempre, le sacaba una manzana para llevársela a la maestra – ¡Años felices!
Cuando realicé este cuadro quería que ella figurase de alguna manera en la obra. Mi mejor idea fue representarla en el lugar más importante: "LA MANZANA".
Luján Antonio Ruinandreu

Naturaleza muerta en TV

óleo sobre tela – 61,5 x 73 cm
Una simple naturaleza muerta puede tener tan terrible significado; Unas manzanas y un cuchillo clavado en una de ellas ¡De la manzana surge sangre!
El crimen. Cuerpos que se desangran mutilados. La anulación de la vida del ser humano, como si fuera un objeto desechable. Y vemos en los argumentos de algunos films enaltecer a los impíos de las drogas, que a través de la corrupción pueden seguir minando la moral y el exterminio de la familia.
Tomemos consciencia y controlemos a nuestros hijos. Para que no caigan en este peligro latente que, actualmente, parece un veneno que triunfa, ya inyectado en toda la sociedad.
Luján Antonio Ruinandreu

Figura y madero sobre nosotros

óleo sobre tela – 75,5 x 95,5 cm
San Pablo dice: «Hay un solo Dios y un solo mediador. Entre Dios y los hombres, el cual se dio a sí mismo el rescate por todos» (1ra Timoteo II: 5.6)
– Síntesis del pensamiento cristiano, "Figura y madero sobre nosotros", configura la aceptación del Ser Supremo en la presencia del Hijo inmolado por los pecados del mundo. Y, salvo por su pureza infinita, liberado de la cruz y suspendido en el espacio; ante la consciencia de los hombres.
Noemí Tracey – columnista de arte

Adán y Eva

óleo sobre tela – 78,5 x 170 cm
Barro modelado a semejanza de DIOS. Habitantes del paraíso destinados a caer en la tentación.
MANZANA, fruto prohibido, producto del deseo de EVA. Rojo brillante profundo para saciar su instinto.
SERPIENTE, presencia de la tentación que abate a EVA. Espera y acecha el momento en que ella incita a ADAN a morder la manzana.
En síntesis vemos aquí los preámbulos del modo primigenio del pecado, herencia de la humanidad. El hecho, por todos sabido, está plasmado en esta pintura de Luján Antonio con la belleza plástica a que nos tiene acostumbrados.
El instante único y definitivo del destino de todos, con el estigma del PECADO ORIGINAL...
Y la vergüenza rondando, el pudor reprimido en sus rostros ocultos. La luz cae de lleno sobre la desnudez de Eva. Razón para ambos de su expulsión del paraíso.
Noemí Tracey – columnista de arte

La risa del ángel

óleo sobre tela – 41 x 86 cm
Sin rodeos Luján Antonio nos conduce con sus pinceles hacia una realidad que muchos no desean ver.
Acaso para evadir las voces interiores, premonitorias a veces, a modo de prevenirlo que el mundo todo ya está palpando.
"La risa del ángel": la víbora, símbolo del mal primigenio, rodea y oprime a una humanidad que va callendo a un abismo insoslayable. La depredación a la Ecología, la corrupción, la droga, los vicios, la falta de sentido ético y, sobre todo, HUMANO.
Por milenios el hombre ha sembrado su propia desgracia, su degradación constante. Y no deja espacios ni opción para los inocentes.
el veneno ha sido inoculado y pervive en cada gota de sangre que niega a DIOS. La belleza y el significado de esta pintura debe llenar el alma del observador y alertarlo sobre los alcances veraces, no ya de las fauces, sino del sentido moral de LA RISA DEL ÁNGEL.
Noemí Tracey – columnista de arte

Las conquistas de Iberoamérica

óleo sobre tela – 65,5 x 100 cm
Un análisis objetivo si en lo que hace al arte se puede ser objetivo, nos lleva a evaluar en "Las conquistas de Iberoamérica" la paulatina destrucción de las culturas autóctonas a raíz de la conquista y civilización europea. La anulación de razas existentes desde el albor de los tiempos por razas consideradas superiores. El aborigen desplazado de sus tierras, sojuzgado y eliminado en pos de implantar costumbres y creencias extrañas a sus ancestros.
Evolución construida sobre la involución de sus orígenes.
La civilización Olmeca a que se refiere la obra, fue un conjunto de pueblos prehispánicos de la zona costera del golfo de México. Representada en primer plano por una cabeza de piedra de rasgos típicos, labios gruesos y ojos oblicuos. La sensibilidad del artista se traduce en el ojo abierto que mira, quizás, buscando respuestas al destino de su raza; es una pupila vidriosa que atrapa la atención del observador. La cabeza está atravesada por un "estoque" (espada de Hernán Cortez), símbolo de la conquista española sobre la Civilización Americana. Hacia el fondo, a la izquierda de la obra, el rostro lloroso de una criatura olmeca preludia el olvido al que fueron sometidos.
Una segunda conquista, representada por medio del dólar, símbolo del poder capitalista dominante, la tecnificación, la destrucción del hombre por el hombre, el consumo de drogas y la corrupción.
El dramatismo de la obra crece cuando vemos que el estoque que atraviesa el cráneo de piedra, convertido en jeringa, se clava en la Madre Tierra. La tierra resquebrajada, como signo de la realidad actual con el fantasma de la droga y la perdición que implica ya instalada en América, con su creciente flagelo, representa la tercera y última conquista.
Más a la derecha emerge en la oscuridad un cartel de venta, síntesis de lo que vendrá si Iberoamérica se deja dominar por el poder extranjero que todo parece lograr.
Luján Antonio se ha instalado en el ojo avisor que nos mira desde su pintura, que nos alerta y nos recuerda que el pasado puede repetirse. Aún con otros parámetros, de diferentes maneras. Porque somos susceptibles a ser despojados, a perder, confiados, la integridad del hombre latinoamericano, las posesiones y las tierras que nos pertenecen.
Esta expresión pictórica apunta al mensaje humano. La belleza de una pintura elaborada con técnica depurada y la experiencia sólida y concisa del autor.
Noemí Tracey – columnista de arte

A la deriva

óleo sobre tela – 55 x 70 cm
donado a Greenpeace
Una nueva advertencia, en esta pintura de L. A. Ruinandreu. La humanidad es un pequeño barco de papel a la deriva. Así dice: "Cuantos más avances materiales y técnicos, el hombre va perdiendo los valores fundamentales. Falta el respeto al hogar que Dios nos dio, el MUNDO. Y hace depredación monstruosa de los elementos".
En el espacio cósmico, la Tierra es más pequeña que un átomo y la humanidad parece no percatarse. Cada quien se ocupa de sus intereses personales, sin cuidar lo realmente importante: el aire, el agua, la tierra. Vivimos en ella y, conscientes o no, la estamos destruyendo. Luján Antonio a vuelto a encender la luz roja con esta obra dirigida a nuestra indiferencia, a nuestra terquedad, a nuestra inconsciencia; ya que de nosotros depende que nuestro planeta Tierra pueda ser "Reprogramado" para ser salvado. Hay mucho que corregir y el tiempo de que disponemos se está acortando.
Como bien lo muestra el artista, allá en lo infinito, en la noche eterna, hay un ojo que nos observa. Es el Ojo de la Muerte que está esperando la destrucción de la humanidad toda. El Ojo de la Muerte es paciente, sacudamos la inercia, es mucho lo que está en juego. La sensibilidad y la ductilidad de este artista, nos lleva a meditar no sólo sobre el hecho estético, de gran valor, sino, también, sobre la envergadura de lo que representa: "Solo el hombre puede y debe salvar su hogar".
Noemí Tracey – columnista de arte

Perdónalos Señor...

óleo sobre tela – 75 x 100 cm

Llanto al futuro

óleo sobre tela – 57 x 72 cm

Consecuencias de la tecnología del primer mundo sobre el tercer mundo

óleo sobre tela – 42 x 86 cm
Obra inspirada de una portada de la revista VISIÓN

PAN. Simple como el pan, necesario como DIOS. Sobre el fondo oscuro, la luz del alimento cada vez más lejano para la gran mayoría.
En un tiempo vulnerado por máquinas de última generación, inalcanzable para los pueblos del tercer mundo, la diferencia social resulta abismal.
La imposibilidad de una educación competitiva, acorde al primer mundo, implica la vulnerabilidad del iberoamericano sojuzgado al feudalismo de las grandes potencias.
Es imperativo que esta mentalidad cambie en pos de renacer, un impulso nuevo que conlleve el compromiso cultural imprescindible.
Ya que el hombre va de la mano de su falta de educación, una sociedad, inteligentemente preparada, se libera de dependencias y forja su destino promisorio, desterrando la opresión y el hambre.
Tan simple como el PAN, tan necesario como DIOS. A lo largo de décadas los lienzos de este artista reflejan su estado anímico, su plena conciencia de los conflictos humanos y a la vez su impotencia para resolverlos. Y hace al contemplador de la obra, ya que apela a la autocrítica. Sabe que su realismo es compartido por muchos, que no está solo y persevera.
Noemí Tracey – columnista de arte

Maternidad

óleo sobre tela – 42 x 86 cm
Luján Antonio, este pintor tan dúctil y actual, nos ofrece la patética imagen de la Argentina que no merecemos, que no queremos. Aquellos que sabemos conmovernos con el sufrimiento ajeno.
La democracia lleva unos años, pero aún está en pañales.
Esta imagen de madre es, sin duda, como una voz sin voz. Como un eco que se repite en los rincones de nuestra Patria, silenciosamente, lamentablemente. La maternidad es el estado más bello en la vida de una mujer, la ennoblece, la pondera. Pero la maternidad sin futuro apaga la luz de una vida por nacer.
Cuando no hay trabajo, no hay pan para saciar el hambre, ésta lleva a confundir la mente, los roles y la dignidad.
El PAN que se da en cajas no tiene sabor, no tiene olor. Se lucha por lo esencial: posibilidades de trabajo, acceso a la salud, al estudio y formación. Nuestro paso por la vida es corto, hagamos lo posible por que sea sano y feliz. Y por que NUNCA MÁS un argentino deba depender del oprobio de una caja de PAN.
Noemí Tracey – columnista de arte

Segunda crucifixión de Jesucristo en el sg. XXI

óleo sobre tela – 81 x 182 cm
L. A. Ruinandreu es un artista pleno, transitando las diferentes facetas que hacen al arte pictórico. Su pintura surrealista, y aún más, con el simbolismo puro que impacta por su temática comprometida. Exaltando, sin ambigüedades los parámetros cruciales en la vida del hombre.
El devenir de los siglos transforma, de manera involutiva en muchos aspectos, a la realidad humana. Esta obra da pautas sobre el hilo concordante que guía sus pinceles y nos emociona. Nos intima por la gravedad del tema: Jesús, nuestro Salvador crucificado sobre un billete de 100 dólares.
DOLAR, hoy máxima representación del poder en esta Argentina desvalida, es un paradigma mundial al alcance de pocos. Con su poder desbordante es el eje sobre el que gira el egoísmo, la guerra, la destrucción de los valores, la droga, la VIDA Y LA MUERTE, el hambre y el llanto de un niño.
JESÚS ¿otra vez para expiar nuestros pecados? Jesús, Cordero de Dios otra vez crucificado.
El alma del artista vibra y se conmueve, nos transmite su dolor, su temor por lo que vendrá. Desea alertarnos a usted y a mi, a la sociedad, sobre las terribles consecuencias de un mundo vacío de solidaridad y amor.
Ya lo estamos vislumbrando en nuestra cotidianidad, en nuestros hogares, en el trabajo y en la fe que va siendo mancillada. Porque el dolor causado vulnera aún los hogares más fuertes.
Salvemos al Cristo de la vil moneda y habremos de salvarnos...
Como siempre el artista plasma en sus cuadros frases desde su propio corazón y su íntimo raciocinio, con maestría.
Noemí Tracey – columnista de arte

Contaminación, drama del sg. XXI: AGUA

óleo sobre tela – 100 x 180 cm
HOMBRE: trozo de barro hecho a semejanza de Dios, dotado de inteligencia, superior a todos los animales de la Creación.
HOMBRE: cabeza del mundo, dueño absoluto de las decisiones para la evolución y el progreso. Los avances de la ciencia y la tecnología. en busca de una vida mejor.
HOMBRE: dominado por la ambición del poder y el dinero que desprecia los anuncios premonitorios de la cordura que hace décadas levanta su voz para pedir por la vida de la salud de la Tierra; reflejada en lo más elemental que se nos ha dado: El AGUA. Sin ella no existimos. Porque ya están contaminados océanos y ríos con productos radiactivos, derrames de petróleo, devastación de selvas y bosques y deshechos de las grandes empresas. Están acabando con el agua potable para nuestra vida y al de todas las especies. Resultado del descontrol que domina al hombre mandante.
Esta obra muestra el temor y la desesperación del hombre común. La obsesión de una pesadilla que persiste por no poder revertir la destrucción de la flora y de la fauna ni evitar la transformación de África en una bestia destruida.
La tierra yerma resquebrajada. La soledad y desnudez en la fría oscuridad que se avecina.
Noemí Tracey – columnista de arte

Génesis 1

óleo sobre tela – 80 x 110 cm

Génesis 2

óleo sobre tela – 105 x 120 cm
La premonición del artista nos coloca en situación ante la muerte insoslayable de este mundo: La TIERRA. ¿sucederá el nacimiento de un nuevo mundo?
Según Luján Antonio, un hombre nuevo debe aparecer y nos lo muestra en absoluta desnudez ante lo desconocido. Una luz bautismal lo recorre. Un mundo nuevo, limpio, desértico en el que este Nuevo Hombre deberá hallar la verdad y la razón para vivir. Tendrá que ser más puro, más consciente, más humano y esencialmente más espiritual.
"Para que haya valido la inmolación a que nos estamos condenando".
Noemí Tracey – columnista de arte

Adán y Eva galácticos

óleo sobre tela – 70 x 90 cm
L. A. Ruinandreu explaya en su pintura lo más íntimo de su espíritu. Evoca un sueño, nos muestra su visión y su convicción. Él nos dice: "Quizás transcurran siglos hasta el fin de la existencia de nuestro planeta tierra. Pero inexorablemente ese fin llegará".
En esta obra presenta nuevamente a una pareja a la que denomina "Adán y Eva galácticos". Ambos contemplando un nuevo mundo en el que se ve la matriz de una madre con un ser por nacer ¿Deseo, premonición del artista? Luján Antonio no cree en la desaparición del ser humano. Está convencido que, con los adelantos tecnológicos espaciales, que día a día van en crecimiento, la hibernación de los astronautas por tiempo indeterminado será un hecho. Como así también viajar por el espacio a la velocidad de la luz.
Ese nuevo mundo, con seguridad, será hallado. En donde se iniciará el Génesis de una nueva humanidad. Y es de esperar que crezca sin los errores cometidos por la precedente.
Sólo entonces se podrá hablar de una bendita evolución.
Noemí Tracey – columnista de arte